El portal web Emprendedores.es comparte una serie de pasos para saber si tu empresa está preparada para crecer:
La ausencia del crecimiento es uno de los mayores riesgos para una empresa (está claro que habrá momentos de desaceleración, puesto que no se puede crecer a un ritmo elevado siempre). El crecimiento es una necesidad vital de las empresas. Es complicado, hoy en día, tener un nicho "altamente protegido".
¿Cómo se evalúa si tu empresa está lista para crecer? Crecer tiene que ver con detectar oportunidades y apostar por ellas y tiene que ver con los motivos con los que se crece: a lo mejor no es para ganar más, que también, sino para poder construir una empresa sólida: para no perder cuota de mercado, para mejorar la posición en el mercado, para evitar el riesgo de sustitución o imitación...
Las empresas, al final, tienden a centrarse en las que representan o su mejor fortaleza o donde encuentran más oportunidades.
Es un planteamiento de crecimiento horizontal (penetración de nuevos mercados, desarrollo de productos, desarrollo de mercados, desarrollo de clientes, diversificación) versus crecimiento vertical (formas de producción, materiales, proveedores, alianzas entre empresas).
Los expertos que hemos consultado no se ponen de acuerdo: unos defienden que las estrategias de diversificación de producto mejora los resultados de la empresa cuanto más diversificada geográficamente está, y otros demuestran lo contrario. Unos dicen que la diversificación de productos reduce los riesgos de una diversificación geográfica, y otros, lo contrario. Unos dicen que el alcance geográfico está relacionado positiviamente con los resultados de la empresa, mientras que la diversificación de productos, no. Y al contrario.
El desarrollo empresarial tiende a centrarse o en el crecimiento horizontal o en el vertical, pero no en los dos a la vez, o al menos no con la misma intesidad.
¿Por qué crecer? Para demostrar, por ejemplo, que un sector no ha madurado y que no se acaban las perspectivas de crecimiento; necesitad de atraer capital de inversores, mejora de la posición de la empresa en el mercado, evitar riesgo de sustitución e imitación de productos en el mercado [vincularlo a bajas o elevadas barreras de entrada].
¿Qué preguntas te tienes que hacer para tomar una decisión?
Los emprendedores con los hablamos habitualmente en la revista en escenarios de crecimiento de sus negocios se han hecho estas preguntas:
- ¿Estoy preparado financieramente para afrontarlo?
- ¿Cuento con los recursos humanos necesarios o tengo fácil acceso a ellos?
- ¿Estoy preparado para ocuparme de un proyecto de mayor envergadura donde necesariamente deberé perder cierto control directo a favor de colaboradores y de una mayor delegación?
- ¿En el caso de que obtenga la financiación que necesito o si cuento con los recursos propios necesarios... será rentable mi crecimiento?
- ¿Estoy dispuesto a invertir más tiempo en ese crecimiento sin que la actividad principal/actual no se vea resentida?
Tenemos que decidir cuál de esas alternativas es la más rentable. Para ello podemos ayudarnos del punto de equilibrio. Para una inversión inicial, gastos fijos y variables y margen medio, ¿cuál es la opción en la que empezaríamos antes a recuperar el dinero invertido.
Una cosa es el crecimiento estratégico y otro, el crecimiento táctico. Una empresa puede crecer utilizando recursos financieros ajenos, pero siempre habrá un límite al crecimiento. Mientras que la rentabilidad que la empresa saca a sus activos sea superior al coste de los recursos ajenos que usa para financiearse, el hecho de añadir recursos ajenos aumentará la rentabilidad del accionista o ROE.
¿Cómo calcular qué opción te resulta más rentable?
Desde el punto de vista financiero, la planificación es fundamental porque armoniza el crecimiento. Ésa es la teoría. 'Voy a multiplicar por dos mi facturación', se dice. Pero, ¿qué me va a pasar desde un punto de vista financiero en mi cuenta de gastos?: vamos a necesitar más personal, un nuevo local, un nuevo sistema de trabajo para una colaboración en equipo... Hay que pensar en ello con tiempo. Hay que pensar en una planificación no sólo financiera, sino operativa: dónde me voy a instalar geográficamente...
Si ya cumples con los requisitos para sobrevivir -un producto bueno, con demanda-, ¿qué haces para crecer? Hay que confiar en acciones de comunicación y promoción -no sólo publicidad-. Y luego está la expansión geográfica. Uno puede conseguir la expansión internacional sin el problema relativo a la expansión geográfica. Se puede conseguir una expansión internacional sin el problema que acarrea una expansión geográfica: ayudas y promoción institucional para financiar los gastos.
El crecimiento tiene que traducirse en un mayor resultado. Hay que tener cuidado: no hay que obsesionarse con que una empresa más grande es mejor. Hay que ver cómo se traducen esos mayores ingresos en una cuenta de gastos. El crecimiento te cambia tu estructura. Eso puede ser negativo. Aunque sea sólo por el hecho de contratar a cuatro personas para las que no tienes sitio en la oficina. Tienes que ver qué cambios introduce ese cambio de estructura en tus cuentas. Hay que saber esperar. Por ejemplo, se puede contratar profesionales freelance o alquilar otra oficina, o mudarte a una oficina más grande...
Es importante también hacer un análisis de la naturaleza de tus gastos fijos y variables. Cuando el crecimiento afecta a gastos variables es más fácil. El problema llega cuando el crecimiento te obliga a invertir en gastos fijos (inmovilizado, por ejemplo). La marginalidad de la demanda te obliga a invertir. Siempre hay que variabilizar tus costes. ¿Cómo? En lugar de comprar, alquila. En lugar de contratar, externaliza.
¿Los errores más comunes a la hora de crecer? Malinterpretar picos de producción con crecimiento y meterse a incrementar plantilla en lugar de recurrir a gastos variables.
Fuente: (http://www.emprendedores.es/gestion/indicadores-crecimiento-negocio)
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