El portal web Emprendedores comparte cinco consejos para cambiar un directivo brillante:
“¿Dónde buscar al sustituto?
Lo más importante es plantearse qué tipo de cambio necesita nuestra compañía. Cuando hace falta un giro radical es aconsejable contar con personas de fuera; pero si no es preciso hacer una revolución, quizá alguien de dentro pueda tener muchas ventajas
Lo que se debe exigir a los líderes externos es profesionalidad, experiencia en situaciones similares o referencias de capacidad probadas y una línea de transparencia absoluta, así como mucha comunicación, talante conciliador, capacidad para gestionar conflictos y negociación. Además, hay que distinguir entre el directivo apagafuegos que viene a salvar una situación y el directivo de continuidad.
Preparar la sucesión
Dentro de la empresa hay que identificar un grupo de personas con potencial para ir preparando la sucesión, teniendo una política clara, ejecutándola durante muchos años. A este grupo hay que proporcionarle experiencias diferentes y observar su rendimiento en muchos contextos. Así, cuando llega una situación en la que sale una o varias personas, ya cuentas con varios candidatos listos para ocupar su puesto. Conocer bien cómo trabaja el equipo que se queda es clave.
No hay que olvidar que la gestión del cambio cuesta, puesto que la llegada del sucesor se ve con temor, sobre todo si han ido bien las cosas. Es fácil pensar que para qué cambiar. Por eso, lo más importante es dar un voto de confianza al nuevo y dejarle margen para elaborar sus estrategias.
Dar libertad al sustituto...pero con control
Lo primero que hay que hacer cuando llega el sustituto es proponer un plan de actuación, explicarlo, justificarlo, dimensionarlo, fijar determinados límites y verificar que existen sistemas de medición de los riesgos. Una vez se establezcan las bases de la nueva etapa, hay que dar unos cien días para que se forme un equipo nuclear en el que el sucesor se sienta cómodo para llevar a cabo los cambios que considere oportuno. Si no se da este margen, será mucho más difícil, ya que las organizaciones tienden a cerrarse de nuevo.
La empresa no debe descuidar la labor del nuevo líder; debe vigilar que los cambios no lleven a dar bandazos y se trate de cambios ordenados. La clave es que todos sepan su función y sobre todo, que se acuerde en común desde el principio a dónde se quiere llegar.
Papá se jubila
Si se trata de una empresa familiar, la cosa cambia un poco. El heredero o la persona venida de fuera para hacerse cargo de la gestión se enfrenta a unos retos difíciles. El fundador de este tipo de empresas suele ser una persona con mucha energía y muy personal en su manera de dirigir. Cuando le sucede su hijo, las reglas tienen que cambiar. Hay que mostrar que, si se desea la continuidad de la empresa, ésta tiene que modificar cosas. Ha de ser más profesional, más comunicativa, más estratégica, más de equipo.
Uno de los errores de este tipo de compañías es que a veces se vuelven muy conservadora. Miran demasiado hacia el pasado y mantienen un respeto casi atávico por la tradición. Este planteamiento puede hacer que acabe desenfocada en un nuevo escenario, donde las prácticas exitosas de hace cinco o diez años quizá ya no lo sean ahora. Insistir con esas mismas prácticas puede ser muy peligroso.
Acciones visibles
Cuando llegue el momento de la sucesión en el cargo, se deben hacer algunos movimientos de cara a la galería, porque indican que la cosa ha cambiado. Por ejemplo, que el nuevo ocupe el que era el despacho del presidente, que el sucedido deje de ir por la oficina.”
Fuentes: (http://www.emprendedores.es/gestion/sustituir-directivo-empleado-brillante-equipo)
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